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“Kauzar” significa bondad inmensa y abundante, y pueden mencionarse numerosos ejemplos para ésta, tales como: la fuente y el río de Kauzar, la intercesión, la profecía, la sabiduría profunda, el conocimiento, una gran generación, numerosa descendencia y otros.
Kauzar tiene dos pruebas, una en este mundo (Fatimah Zahrâ -a.s.-) y otra en la Otra vida (la Fuente de Kauzar).
La Fuente Kauzar es un depósito muy amplio de agua refrescante en el Paraíso, que los merecedores del Paraíso después de haber pasado por la agonía del día de la Congregación y el lugar de detención el día de la Resurrección, inmediatamente después de llegar al Paraíso entran a ésta Fuente, sacian sus bocas sedientas, y experimentan un inmenso placer indescriptible. De esta Fuente fluyen dos ríos que corren por el Paraíso, y se originan en una de las columnas del Trono Divino.
La Fuente de Kauzar es la Fuente especial del Gran Mensajero del Islam (s.a.w.) y los que sirven el agua en copas son el Imâm ‘Alî (a.s.) y los demás Inmaculados Imâmes (a.s.). Los demás Profetas (a.s.) tienen también una Fuente especial para sus seguidores, pero no son tan amplias ni con tantas bendiciones como la Fuente del Profeta del Islam (s.a.w.).
“Kauzar” es un adjetivo calificativo que se deriva del vocablo “kizrat” (abundancia) y significa “una bondad inmensa y abundante”. El extenso significado de este vocablo es tan amplio y completo que pueden atañérsele innumerables ejemplos, uno de estos “bendición infinita”. Para el vocablo “Kauzar” que se encuentra en la bendita Sura Al-Kauzar [108], se han mencionado innumerables significadas tanto en las obras de interpretación shi’ítas como sunitas, que todas éstas son pruebas de esta gran bondad; pruebas tales como: (1) fuente y río de Kauzar; (2) el gran rango de la intercesión el día de la Resurrección; (3) la profecía; (4) la sabiduría profunda y el conocimiento; (5) el Corán; (6) la numerosidad de los compañeros y seguidores; (7) la numerosidad de los milagros; (8) la numerosidad del conocimiento y la práctica; (9) el Monoteísmo y sus perspectivas; (10) las bendiciones de Dios al Profeta (s.a.w.) en el mundo y la otra vida; (11) la gran generación y numerosa descendencia que quedan durante el paso del tiempo. Sin duda esta abundancia en la descendencia y la sobrevivencia de la generación del Profeta (s.a.w.) emana de la existencia de su hija, la valiosa gema, Fatimah Zahrâ (a.s.). Entonces el más evidente ejemplo de “Kauzar” es la existencia de Hadrat Fatimah Zahrâ (a.s.). La explicación de esta verdad y el testigo de esta realidad, es el motivo de su revelación y el contexto de las aleyas de la Sura Al-Kauzar. En efecto, la existencia de Fatimah (a.s.) es el origen de una bondad abundante que provocó tanto la permanencia de la misión del Profeta (s.a.w.) hasta el día de la Resurrección así como el factor de la eternidad de su descendencia pura.[1]
Por ello, documentándonos en las narraciones correspondientes a la Fuente de Kauzar y al motivo de la revelación de la Sura Al-Kauzar, y del texto y el contenido de las aleyas puede deducirse que: “Kauzar tiene dos ejemplos evidentes, uno en este mundo (Fatimah Zahrâ -a.s.-) y el otra en la Otra vida (la Fuente de Kauzar). Su ejemplo en este mundo que es ese mismo “Kauzar Muhammadï”, es Fatimah Zahrâ (a.s.) que es el origen de los hijos, la descendencia y la generación purificada del Profeta Muhammad (s.a.w.), que ella y su descendencia, en el mundo, saciaron a la gente de conocimiento, moral, mandatos y costumbres Divinas. El otro ejemplo es el “Kauzar del Paraíso”, que es una fuente en el Paraíso en la que ‘Alí (a.s.) y los demás Inmaculados Imâmes (a.s.) son los coperos de ésa. Donde sacian las bocas de los sedientos salvados del desierto de la resurrección (Mahshar).[2]
Descripciones de la Fuente de Kauzar
La descripciones del la Fuente de Kauzar en los dichos del Mensajero de Dios (s.a.w.): “La Fuente de Kauzar es un río en el Paraíso por el cual fluyen bondades numerosas. Esta brota de una Fuente y a sus alrededores se encuentran copas colocadas en la misma cantidad que las estrellas del Cielo. Mi comunidad entrará en ésta, después de entrar al Paraíso. Ante mi se encuentra una Fuente en un espacio similar al de Medina hasta Yemen, o de Medina a Omán. Sus orillas son de oro y su bebida más blanca que la leche y la nieve, más dulce que la miel, más aromática que el almizcle, y corre sobre las grandes piedras de perlas brillantes y corales. Aquél que beba de esta agua, nunca sentirá sed, y los primeros que lleguen a ésta serán los emigrantes indigentes (de la Meca a Medina). El dirigente y copero de éstos es el Señor Amîr ul-Mu’minîn ‘Alî (a.s.). Los creyentes después de beber del agua de Kauzar se reúnen alrededor del Profeta (s.a.w.) y se alegran al encontrarse los unos a los otros. El manantial de Kauzar es una del las columnas del Trono Divino, lugar donde habitan los Inmaculados (a.s.) y sus shi’ítas. El agua desde ahí es vertida en la Fuente por medio de dos canales, luego a través de dos ríos corre en el Paraíso. Para cada Profeta (a.s.) en el Paraíso existe un río que unos ante otros se enorgullecen por el número de los que entran en su Fuente. Pero yo espero que los que entran en mi Fuente sean aun más que los demás”.[3]
La Fuente de Kauzar en las palabras de los Inmaculados Imâmes (a.s.):
Amîr ul-Mu’minîn, ‘Alî (a.s.) dijo: “Nuestra Fuente de Kauzar está llena y en ésta desembocan dos canales del Paraíso, uno del Manantial de Tasnîm y el otro del Manantial de Ma’in”.[4]
En una narración crediticia el Imâm As-Sâdiq (a.s.) dijo: “El corazón de aquél que sufra por nuestras desgracias, se alegra cuando muere, y sentirá una alegría que nunca saldrá de su alma hasta que llegue a nosotros en la Fuente de Kauzar. Y Kauzar se alegra; puesto que nuestro amigo entra en ella. Inclusive, hasta cuando le dan a probar los placeres de los diversos alimentos, no quiere trasladarse a otro lugar. Aquel que beba una copa del agua de esta Fuente, nunca más sentirá sed y después de eso nunca más sentirá penas ni cansancio. Esta bebida es tan fría como el alcanfor, de olor del almizcle y sabor del jengibre, más dulce que la miel y más suave que la mantequilla, más cristalina que las lágrimas y más perfumada que el ámbar, y brota del Manantial de Tansîm en el Paraíso. Pasa por todos los ríos del Paraíso y corre sobre las piedrecillas de perlas y rubíes y otras…, y los ojos que lloren por nuestra desgracia, claro está se volverán alegres y felices al observar al Kauzar, y darán de beber agua de ésta a todos nuestros amigos, pero sentirán placer en esa misma medida en la que nos aman y obedecen, y aquél que su amor sea mayor, su placer será mayor,…”.[5]
Es digno de mencionar que sin duda los doce Inmaculados Imâmes (a.s.) todos ello el día de la Resurrección serán los coperos de la Fuente de Kauzar. Así como se deduce de las narraciones y de los argumentos, y el Señor de los Mártires, el Imâm Husaîn (a.s.) dijo: “Nosotros somos los dueños de la Fuente de Kauzar saciamos a nuestros amigos”.[6] Y al igual que el Profeta (s.a.w.) tenía la esperanza que aquellos que entrarán en su Fuente serán más en número que los que entrarán en otras Fuentes, cualquier musulmán que escucha el nombre de Kauzar y sus descripciones, desea pertenecer al grupo de los que entran en la Fuente junto al Profeta (s.a.w.). Pero es evidente que si esta esperanza es verdadera, para alcanzarla deberá esforzarse, y después de obtener las provisiones habrá también que cuidarlas para que este capital no sea saqueado por los bandidos y los demonios, entre los genios y los hombres, externos e internos, o no se vea afectado por la calamidad. De lo contrario los esfuerzos se perderán y no se cosechará fruto de esto, y su entrada en la Fuente cambiará a una ilusión e imaginación, y esperanzarse en una ilusión e imaginación y no estar preparado y no esforzarse para obtener lo favorable, es un acto inconsciente y una esperanza inútil.
Con la esperanza de que Dios en el mundo nos beneficie de la sabiduría de los Inmaculados Imâmes (a.s.) y de su amor, y el la otra vida junto a la Fuente de Kauzar nos ilumine la vista al verlos y nuestra vida sedienta sea saciada por sus manos. Por ello en la Suplica de Nudbah leemos: “…(¡Dios mío!) Sácianos de la Fuente del ancestro del Imâm de la Época (a.ÿ.) de la copa de su mano (del Imâm -a.ÿ.-), sácianos en forma completa y refrescante, que nunca después de esto sintamos sed, ¡Oh, el más Misericordioso de los misericordiosos!”
Fuentes para mayor estudio:
1. Jârazmî, Maqtal, t.2, p.33.
2. Mahmûd Ibn ‘Umar Zimajsharî, Kashâf, pp.806-808.
3. Saîîed Muhammad Husâîn Tabâtabâî, Exegesis Al-Mizân, t.20, pp.370-373.
4. Fadl Ibn Hasan Tabarsî, Mayma’ ul Baîân, t.5, pp.548-549.
5. Muhammad Bâqir Maylisî, Bihâr ul-Anwâr, t.8. p.18.
6. Muhammad Bâqir Maylisî, Haq ul-Iaqîn, pp.453 y 455.
7. Moula Muhsin Faîdz Kâshânî, Muhayat al-Baîdzâ’, t.8, pp352-353.
8. ‘Abbas Muhadiz Qumî, Mafâtih ul-Ÿannân, Súplica de Nudbah.
9. Muhammad Taqî Misbâh Ÿazdî, Una copa del agua cristalina del Kauzar, pp.19-22.
[1]– Ver: Misbâh Ÿazdî Muhammad Taqî, Una copa del agua cristalina del Kauzar, pp.20-22; ‘Al.lâmah Tabatabâî, Exegesis Al-Mizân, t.20, p.370; y en diversas obras de interpretación a continuación de la Sura Al-Kauzar.
[2]– Claro está el tipo de conexión y la relación que existe entre el “Kauzar Muhammadî” y el “Kauzar del Paraíso” necesita de más tiempo de meditación y análisis. Tal vez pueda decirse que la inteligencia y la mente de la gente común se encuentran incapacitadas de entenderlo e imaginarlo.
[3]– Ver: Faîdz Kâshânî Muhsin, Muhayat al-Baîdzâ, t.8, pp.352-353; y demás obras de interpretación a continuación de la Sura Al-Kauzar.
[4]– Maylisî Muhammad Bâqir, Haq ul-Iaqîn, p.453; Bihâr ul-Anwâ, t.8. p.18.
[5]– Haq ul-Iaqîn, p.455.
[6]– Bihâr ul-Anwâ, t.45. p.49.